28.5.11

I

Prendió otro cigarro, recién ahí se dió cuenta de lo tanto que fuma ahora, cuando niño nunca le gusto el olor, pero ahora era casi natural, no le gustaba la pensarse como un "adicto" pero se sentía bien fumarse uno de vez en cuando, especialmente cuando falta eso dentro de uno, eso que uno no está seguro de lo que es, pero sabe que falta y solo se nota cuando no está.

Nunca notó que le empezó a crecer la patilla, ni la barba, no se fijaba tanto en esas cosas como cuando niño se miraba al espejo durante horas como esperando a que crezca algo. La madurez, los cigarros, el sexo, tantas cosas habían cambiado, tantas personas habían pasado, y los únicos que seguían ahí eran él y sus puchos, sus cigarros de mierda, esas huevadas que le dejan el pelo apestando durante días así se bañe.

Miraba por la ventana como buscando a alguien, abriendo grande los ojos y fumando,siempre fumando, con cara de estar pensando profundamente en algo, pero realmente solo divagaba entre recuerdos y personas que hay que rescatarlas para que no desaparezcan.

Decidió salir, cogió sus llaves y las puso en el bolsillo derecho del pantalón, donde siempre, y la billetera en el bolsillo trasero, que casi nunca usaba, se puso esa chalina que era tan vieja pero que era la única que no se negaba a usar, era tan simple pero tan perfecta, no necesitaba cuadros, colores ni colgajos, no necesitaba mariconadas para verse bien, era la chalina mas simple del mundo, pero asi era perfecta, lo simple la volvia perfecta.

Salió, el cielo era nublado, perfecto, siempre recordaba "los mejores días de mi vida han sido nublados", sentía el aire frio pero era inmune gracias a su chompa y a la chalina, no podía ser más dichoso, fumaba y caminaba, caminaba y fumaba, como si tuviera un sitio a donde ir, andaba por donde andaba todos los días por donde se sentía en casa a pesar de estar lejos, caminaba como si tuviera un propósito,siguió fumando hasta encontrar uno, comprar más cigarros.

"Una cajetilla de 20". "Aqui tiene". "Gracias". Siempre decía gracias, ya ni sabía porque, cada vez tenia menos sentido, cada vez sonaba más vacío porque cada vez lo decía con menos ganas, lo que era tan natural antes era como inutil ahora, no tengo nada que agradecer, el debería agradecerme a mi por comprar en su tienda de mierda. Pero sabía que la proxima vez lo volvería a decir.

Siguió caminando, hasta que esa idea volvió a su cabeza, no sabía como, solo volvió mientras prendía otro cigarro con el anterior cigarro, moribunda colilla que serviría para dar vida al siguiente cigarro de mierda que le haría apestar el pelo y la ropa. Sentía que hoy sería diferente, hoy si tendría el valor, se juró a si mismo que si sucedía no se echaría para atras, honraria su promesa consigo mismo, y enrumbó nuevamente hacia "ese" parque.

Ahí estaba la banca, vacía, esperandolo a él y a sus apestosos cigarros de mierda, se sentó y siguió fumando como si nada, fumó y fumó, hasta que se presentó la oportunidad, ante sus ojos estaba la oportunidad de cumplir consigo mismo, la oportunidad de ser diferente esta vez.

La miró de arriba a abajo, era tal vez de su edad, tal vez un poco mayor, nunca fue bueno para adivinar edades, siempre era muy generoso y daba menos años de los que debía, paseaba a un perro, de alguna raza y de algún tamaño, ella era bonita, pero no convencionalmente sino tenía una belleza diferente de esas que hay que buscar muy dentro y que son mas interesantes, era voluptuosa pero dejaba en claro que era una "fue" y no una "es", el descuido por el trabajo, los estudios, quien sabe, no importa realmente.

El no tenía esperanzas, era solo como apostar a la ruleta, probaría su suere y si perdía se retiraría, alejó de si cualquier asomo de verguenza, tenía que demostrarselo a si mismo, que era capaz, solo quería salir del cascarón. No estaba seguro en que momento notó que la tipa lo miraba, probablemente se habría dado cuenta que el la estaba mirando, no le pudo interesar menos, realmente lo único que quería hacer era terminar con esto de una vez y largarse.

"Bonito perro eh! yo tuve uno asi una vez cuando era niño". dijo parándose y acercandose a la tipa, solo esperaba que no se diera cuenta que era mentira."que bien¿cómo se llamaba?" dijo sonriendo. puta madre el nombre. "Eustaquio jaja". "No, en serio. jajaja ¿como le vas a poner asi?". supongo que voy bien. "jaja en serio, es gracioso por eso se lo puse, nadie me cree nunca". "¿y que pasó con Eustaquio?". mordía sus labios para no reirse. "Falleció, era viejo, mis papas lo encontraron en la calle y lo trajeron a la casa, ya grande, lo quise desde que lo vi entrando por la puerta". "Ay que pena, pobrecito". "Lo se, pero normal, ya pasó bastante tiempo" Sonrió y se presentó, ella hizo lo mismo, solo se dieron la mano pero no le molestó en lo más mínimo.

Caminaron bastante rato hablando sobre perros y sobre la vida, hasta que se le terminaron los cigarros, la tipa era bastante agradable, caminaban aparentemente sin rumbo, empezó a hacer más frio y el le ofreció tomar algo. "podemos tomar café en mi depa", no esta tan lejos despues de todo, ella aceptó, el pensó que era porque le cayo bien, despues de todo hablaron bastante y fue agradable y no mintió tanto como creía que haría.

Entraron y olía a cigarro, todo estaba desordenado y un poco sucio, ya se estaba poniendo oscuro asi que mejor prendio las luces, dejó al perro cerca a la puerta amarrado a la pata de una silla, se sentaron en una mesa a hablar y a tomar café, agradeció a todos los dioses del Olimpo haber tenido una lata de café medio vacía para darle algo y no quedar mal, nunca fue de tomar mucho café.

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